Max
Euwe
Campeones de ajedrez- 1935-
Max Euwe nació en Holanda, en 1901. Aprendió ajedrez
de sus padres a los 4 años pero hasta los 20 no participó en torneos en forma
habitual. Recordemos que entonces muy pocos se dedicaban al ajedrez, actividad
asociada a la bohemia.
El campeón holandés, sin embargo, nunca se dedicó por
entero a nuestro deporte, como sí lo hiciera su rival mayor. Se licenció en
matemáticas y filosofía y toda su vida vivió de la docencia en un colegio
privado para señoritas. Es por ello que Max Euwe es considerado el único aficionado
que llegó a campeón mundial.
Cuando derrotó a Alekine (fue único en lograrlo en un
match por el título; perdió al ofrecer la revancha), fue una sorpresa para el
ambiente pues se pensaba que su juego no era lo suficiente fuerte, pero este
gran teórico de aperturas tuvo su mayor capacidad en saber modificar el
carácter de una lucha en forma abrupta.
Las batallas se clasifican en posicionales, tácticas,
cerradas, abiertas… Es común que el ánimo del jugador se acomode y ponga la
mente en empatía con cada estilo. Modificar dicha relación, cuando la posición
troca, no siempre es fácil; uno queda prendado del ritmo anterior sin poder
asimilar el cambio. Por supuesto, es un error jugar una posición táctica con el
ánimo propio de largas maniobras, y viceversa. La capacidad mental es la misma,
pero no la exigencia que se soporta. Como ejemplo diré que rara vez un alumno
puede contestar con acierto cuando el profesor le urge, y que sí puede hacerlo
cuando charla distendido con un amigo o un familiar. La limitación no yace en
sus conocimientos, sino en la tensión que sufre.
Euwe se talló una fama por su caballerosidad y buen
trato; jamás ocasionó una disputa y bien que pudo hacerlo. Era alérgico a los
gatos y durante sus match por el título, Alekine se presentaba con uno de esos
bichos a las partidas, solo para molestarle. Su carácter de intelectual le permitió
escribir el mayor número de libros que ningún campeón diera a las prensas. Ejerció
asimismo la presidencia de la
FIDE , entidad que nos nuclea. Fue el suyo el periodo más
sano, mas transparente de su historia como gestora de los intereses de Caissa.
Y eso que debió sortear las extravagancias de un energúmeno como Bobby Fischer,
y una olimpíada en la beligerante Israel.
Al respecto del match revancha, durante el cual perdió
el título ante el mismo Alekine, un gran jugador aseguró que el holandés no
poseía todos los méritos –ni los defectos- como para mantenerse campeón.
Max Euwe era un profesor de señoritas acomodadas y
licenciado en filosofía. Culto, educado, un caballero para con los rivales
(cosa extraña en este ambiente). ¡Era demasiado inteligente como para ser un
genio!
Max fue un ave de paso por el ajedrez –como todos los
demás- que, sin querer hacer su nido en las alturas planeó sobre las cimas de
la gloria.
Garry
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