jueves, 26 de julio de 2018

Una Tarde con Phiona

Una tarde con Phiona Mutesi y Robert Katende



Pocas personas en el mundo cumplen sus sueños.
Tantas cosas me ha dado la vida que temo el día en que un dios malvado quisiera cobrarme los favores recibidos.

Hoy, Jueves 26 de julio de 2018, he saludado en persona a Robert Katende, entrenador y maestro de la vida de Phiona, y a esta, la bellísima Mutesi, la joven campeona Africana.
Y esto poco vale, en verdad, lo que más me alegra, es que tres alumnos alumnas de la Escuela 1209 de Pérez, la Provincia de Chaco, la escuela de Cabín 9, estaban conmigo; conmigo los niños niñas y con dos Torres del saber, de la vida, como son Alejandra y Rubén, docentes de Cabín, asimismo.

Phiona nació en Kampala, capital de Uganda, en un barrio abandonado de la mano del estado. Aprendió a jugar ajedrez solo para poder comer un plato de maiz al día, plato que sirven a aquellos que asisten a las clases de ajedrez de Katende, el genial Robert, quién utiliza el ajedrez para demostrar a esos niños y niñas pobres de toda pobreza que hay en el mundo una fuerza capaz de rescatarlos: la fuerza de voluntad que se desarrolla dentro de cada luchador del tablero.

Dice Robert: quieres pelear? te enoja la realidad? Pelea en el tablero. Pelea a través de estas piezas y este mundo de casillas albas y brunas.

Sientes bronca? dice Katende, pues canaliza esa bronca en jugadas que te den por premio un objetivo.

Katende dice: hay que ser muy fuerte para devolver al otro amor, y cuidado, cuando el otro te segrega, te rechaza, te hiere con su desprecio... Hay que ser muy fuerte... y mis niños son fuertes, aprenden a serlo, mis niños no se rinden nunca...

Ah, qué día hemos pasado, todos con Phiona y Robert, escucharlos, verlos, sentirlos, libres de todo rencor por un estado ausente, un estado absurdo como es el de Uganda, donde no hay Hospitales ni escuela Pública... Un estado macrista, pareciera, pero eterno en aquella tierra Africana, madre de la especie humana, diezmada por el blanco...

Escucharlos hablar de esfuerzo, de trabajo, de pasión, de aprender, de compartir...
Le dijeron a Katende: Usted vendría a enseñar a Argentina? y él dijo: sí, vendría, pero qué dirían mis niños, allá, en mi casa?






1 comentario:

  1. Hermosa experiencia Sergio...bellas palabras . Para Phiona, el profesor Katende y todos los chicos participantes, mis felicitaciones. Qué importante la tarea de Katende...y cuánto amor para con sus niños!!!

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