Cuatro litros de mate cocido
El martes pasado, después de dictar el taller de ajedrez con
los quintos, fui a la cocina a despejar la cabeza y a prepararme algo para
tomar. Una alumna de séptimo, Josefina, estaba parada contra la mesada. Con
gesto de frustración asía dos bidones de agua mineral vacíos. Tan preocupada la
vi que le pregunté:
_ Jóse, ¿qué pasa?
_ Uh, profe, estoy en
un problema –explicó. La seño de matemática me dio estos dos bidones
y me pidió que le lleve cuatro litros exactos de mate cocido: “ni una gota más
ni una menos” -me dijo- “si querés
aprobar la materia…”
_ Y cuál es el problema -insistí.
_ Y, profe, que acá no
hay jarra graduada, ni tazas cuya capacidad conozca; todo lo que sé es que este
bidón carga tres litros (alzó el más pequeño), y que este
otro carga cinco litros (inclinó un poco el otro), pero fíjese que ni siquiera puedo fraccionarlos a ojo porque su
forma es irregular.
En efecto, los bidones no eran cilíndricos sino que por la
base eran angostos, engrosaban en el medio y sobre la boca volvían a cerrarse:
imposible calcularles unas fraccione).
_ Jóse -le dije- aun así el problema es bien sencillo y por eso te lo pidió la seño. Cargá
uno de los bidones con mate de la olla, jugá un poco con su contenido en forma
conveniente, y listo, ya podés volver a la clase con tus cuatro litros exactos
de mate ¡y aprobar matemáticas!
_ Profe -me dijo- ¡qué fácil lo dice! Usted está acostumbrado a pensar con el ajedrez. Yo
no me doy cuenta de cómo hacerlo…
Siempre que los niños piden una ayuda o preguntan algo siento
ganas de darles respuesta -si la tuviera- pero eso es allanarles el camino,
algo que nadie debiera hacer por otro. Cuántas más dificultades tenga un
problema, tanta mayor felicidad reportará el haberlo solucionado.
¿Cómo debe obrar Josefina para cargar 4 litros exactos de la
olla de mate, si solo cuenta con bidones de 3 y 5 litros de capacidad?
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